Reencuentro conmigo de mí

Hace casi un año no escribo por aquí. Esto significa que hace casi un año que no regreso a este espacio raro de internet. Este espacio que siempre significa casa.

¿Y casa por qué? Pues no sé. Eso quedará pendiente para una próxima entrega.

Desde siempre he pensado que los blogs personales, las publicaciones improvisadas dirigidas a nadie en particular, tienen cierto romanticismo. No sé qué tanto de esto viene de mí y de mis experiencias, ni qué tanto viene de las películas del 2000.

Esas películas en las que la protagonista era una adolescente tranquila por fuera, muy dramática por dentro, y escribía todo en su blog personal. Se quejaba del colegio, de su familia, del universo, ¡de todo!

No vengo a quejarme hoy, aunque de este año quejas es lo que sobra. Vengo a reencontrarme conmigo misma en el internet, mi hábitat natural. Es curioso: Reencontrarse a uno mismo en el espacio menos privado que existe.

«¿Por qué es esto posible?», se preguntarán. Es muy simple: Porque verdaderamente a nadie le importa. No lo digo en un sentido negativo, aunque suene así al inicio. Hay tantas cosas que leer, que ver y escuchar que cada post, cada letrita que escribo es solo un poquito de ruido más.

Y eso va para ti también, si estás leyendo esto. Cada respiro y señal de tu existencia online, es a la vez invaluable e insignificante. Por eso hay que disfrutarlo.

Disfruta que estás en un espacio tan saturado de información, que eres un bit más. Que después de este párrafo sepas que cualquier cosa que quieras decir, puedes decirla con libertad.

A nadie le importa, al final. Solo a ti. Por esto es importante que te haga feliz.

En mi caso, me hace feliz este reencuentro. Me hace feliz estar tipeando frenéticamente en el teclado, como un dragón antiguo medio petrificado que de a poquito recupera el movimiento.

Como siempre, no estoy 100% segura de cuál es el paso a seguir, pero no puedo quedarme quieta. No puedo estar estática e inmutable. Prefiero fluir, probar y experimentar.

La parte linda de fluir tanto e ir descubriendo lo que sigue durante la marcha, es que a veces llegan claros pequeñitos de claridad como el de esta noche.

¿Qué voy a hacer con Cappsula? No sé, pero quiero hacer alguna diferencia y no perderme entre el ruido.

¿Qué voy a hacer dentro de un año? No tengo ni idea, pero (comprobado) no voy a ponerme en situaciones incómodas porque sí.

¿Qué voy hacer cuando termine de escribir… ?

Estaré reportando.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.