Soy un humano miedoso

Aunque no tanto como Oprah

Últimamente he visto muchos videos de SimplyNailogical en YouTube, algo que me llevó a entender en Síndrome de YouTuber veterano: A más antiguedad, peor y menos elaborado contenido. Lo estoy sufriendo pero las cosas que escribo. Perdón, perdón, perdón.

(17/52)

Cumplí años en marzo (22, no parece) y uno de mis regalos de cumpleaños fue un libro de Amalia Andrade. Si mi frecuentemente buena memoria no me falla, el título es Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas, y habla sobre miedos. Es una pequeña y parcialmente ilustrada enciclopedia del miedo, en la que además de definirlo de varias formas y contar historias de su vida, Amalia cuenta los miedos de algunas personas famosas, lo que me llevó a empezar esta historia de la que tal vez me arrepienta.

Lo más importante

Oprah le tiene miedo al chicle.

Sí, la mítica y superpoderosa persona con la que Josh está obsesionado se siente amenazada en la presencia de esta… cosa mágica de dudosa consistencia que muchos humanos están obsesionados por masticar.

Oprah hiperventila viendo Grease

Además de que es un dato más o menos inútil pero interesante, me hizo pensar en mis miedos. No le tengo miedo al chicle ni a nada comestible, pero sí tengo una lista de miedos no muy… miedosos para otras personas. No son cosas terribles, dramáticas ni mortales pero están por todas partes, lo que las hace de máxima dificultad. Son miedos vivos y tangibles (literalmente vivos y tangibles).
Me dan miedo los perros.

Ahora yo soy la que hiperventila

Y desconfío (sí, otra forma de decir miedo moderado) de los demás animales en el universo. No sé de dónde viene, no recuerdo ningún suceso traumático que agregara ese miedo a la lista, ha estado ahí desde siempre. En los últimos años ha disminuido bastante y creo que ya lo entiendo un poco más: Temo a las cosas que no puedo controlar con palabras, decir amablemente que por favor se alejen de mí o pedir que no salten demasiado (como para ponerme nerviosa) cuando van a saludar.
Cuando estaba en el colegio tenía miedo de aceptarlo (la ironía) y pasé por algunas situaciones incómodas. Lo ignoraba y evitaba muchas cosas, decía que la verdad era que el pelo de cualquier animal me hacía estornudar o que tenía que irme a algún lugar realmente importante, sin perros. A veces inventaba una historia traumática y decía que la verdad era que cuando era muy pequeña un perro casi se había comido mi brazo… Las salidas eran infinitas.
Sin embargo la salida nunca fue aceptarlo y así siguió siendo por mucho (muuuuuuucho), mucho tiempo, ¡pero eso terminó!
Comentario de Cam (Sí, volvieron): Es tan raro decir “sin embargo” en una historia normal. Es como cuando las personas dicen “ya que” mientras hablan. Ultra educado y raro.

Sí, me dan miedo esas cosas inofensivas con las que muchas personas viven

Soy como ese gatito (ruedo por mi vida)

Y si Oprah dice abiertamente que le tiene miedo al chicle, no hay nada de malo en aceptarlo. Es más fácil, la verdad. Soluciona situaciones incómodas un poco más rápido. No les quita la incomodidad ni nada por el estilo, pero al menos no las alarga un montón.
Muchos de mis amigos ahora lo saben y ayuda un poco. Al menos no tengo que esconder mi cara de pánico moderado y aparentar normalidad, entonces me quita un esfuerzo más o menos grande de encima. Cuando era más pequeña pudo ser motivo de burla, bullying (esa palabra no existía en mi época), pero ahora es… Normal. Esta es una era mágica de normalización del miedo (gracias Amalia).

Con los demás animales…

Hace dos meses intenté montar a caballo y bajé medio medio en pánico y temblorosa, a principio de año estaba comiendo algo en un restaurante (era una tienda de super arepas pero digamos que era un restaurante) y una gallina que caminaba detrás de mí me puso lo suficientemente nerviosa para no poder comer en paz, y encontré un escorpión muy muy pequeño en el congelador (tampoco entiendo cómo llegó ahí) y llevo dos semanas pensando dos veces cada que voy a abrir esa puerta.
Si lo vemos del lado positivo me gustan los gatos, me parecen lindas esponjitas suaves y gruñonas que están tan asustadas de mí como yo de ellas, y nos llevamos más o menos bien. Cuando intentan sentarse sobre mí entro un poco en pánico, pero no es tan terrible.

En un mundo ideal los gatos entenderían que no soy una silla, más o menos como él

Y… ¿a qué va todo esto, Cam?

No me interesa que tengan claro que Oprah le tiene miedo al chicle ni que planeen hacerme terapia de choque en una habitación llena de cachorritos para que pierda el miedo (no funcionaría, ya lo han propuesto). Esta historia se materializa en la pantalla para empezar a hablar del miedo y no solo como tema de un libro o publicación.
Creo que todos le tienen miedo a algo: A los semáforos, a los gatos, a los carros sin cinturón de seguridad o a los huevos crudos, también a la muerte, a la vida, soledad, demasiada compañía… Hay tantos miedos disponibles como cosas y personas en el mundo, y son algo que nos define como seres vivos interesados en seguir así (vivos).
Y hay tantas, tantas personas que hacen esfuerzos sobrehumanos por esconderlos… Podría parecer un acto de fuerza, pero para mí no hay nada más miedoso que esconder un miedo. Es recluirlo en el fondo, fondo del abismo para que nadie lo encuentre y pueda utilizarlo. Tener miedo a algo es normal y aunque no digo que sea algo enorme para definir completo a una persona, sí es un parte importante.

(Esta es la parte en la que casi desaparezco)

No sé cómo sea para otras personas pero para mí, si no me aterrorizara un poco tener un trabajo de oficina no estaría aquí, escribiendo. Si no me pusiera realmente nerviosa envejecer y convertirme en una de esas ancianitas que no pueden moverse, no habría empezado a correr (no está resultando tan bien, pero es algo). Mi colección de miedos bobos ahora tiene un propósito y bueno, al menos ya no pierdo energía en esconderlos.
Siguiente miedo a ignorar: Hacer clic en el botón de “Publicar”.


Este desastre de historia es patrocinado por el final de semestre, la falta de práctica y que anoche, cuando la historia tenía un final más interesante, no pude continuar escribiendo y por eso ahora es un pequeño desastre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.