Tentáculos, anclas y voces militares

Crisis de los 20, bloqueo aterrador 5000, hay muchos nombres

Esta es una terrible historia, y no lo digo por la tragedia involucrada (12/52).

No puedes dormir.
Duermes demasiado.
Recuerdas cosas por hacer (que no vas a hacer).
Ves series con altos niveles de culpabilidad en Netflix.
Aprendes a cocinar algo nuevo para evitar hacer lo que tienes que hacer.
Olvidas cosas.
Piensas demasiado en otras cosas.
Te preguntas “¿Qué rayos hago aquí?” cinco veces en menos de una hora.

TERROR

Si te sientes identificado con uno o más de los síntomas anteriormente mencionados, lamento decirte que estás en la crisis de media-mediana edad (quarter life crisis en inglés suena un poco mejor).

Entrevistador imaginario: Y… ¿Qué pasa, Cam?

El año pasado, antes de pensar en que pensar en temas sobre los que escribir puede ser algo realmente confuso, me dije a mí misma que iba a escribir una historia a la semana. Escribir una historia a la semana implica escribir 52 historias en un año, y escribir 52 historias en un año significa tener 52 ideas diferentes en 365 días.

HORROR

Esta era la historia número siete (qué ahora no sé qué número es, la he empezado y dejado tantas veces que es raro) y oficialmente estaba (estoy) en blanco. Sin ideas. Completamente perdida en la mezcla de cosas que soy cuando no estoy enfocando la energía en una tarea específica, lo que convierte los bloqueos creativos en mi tema número doce, y no porque me sienta bloqueada hoy.

Ayuda. Sálvenme. No sé sobre qué escribir.

— Cam un día cualquiera

El bloqueo diabólico se instaló aquí hace 29 días (o algo así) y cada día crece un poco más, sube el zumbido acosador en el fondo y recuerdo que estoy fallando con los números, evitando escribir, que todo es de verdad desastroso…
No sé si es algo que pasa con todas las personas: Sentir un nudo en la garganta al tener que hacer algo, iniciar con una idea nueva o manejar las que existen en el momento, pero sí, es lo que me sucede. Escribir para alguien que no soy yo se convirtió en algo inmanejable que solo agrega cosas y cosas a una ya desproporcionada torre enorme de cosas molestas.

Como un perrito triste

Es un sentimiento aburrido y pesado. No es tristeza, pero tampoco enojo, solo está ahí: Quieto, inerte y dormido, y después de hablar con algunas personas noté que es también un sentimiento generalizado en los humanos que ya pasaron la línea de los 20 y se acercan lentamente a los 25.
Por eso creo que Crisis de Media-mediana Edad es un nombre perfecto para definir esa cosa, esa epidemia de desmotivación y fastidio que vive un poquito en el interior de la mayoría de universitarios a punto de terminar la carrera.
También aparece en uno de mis libros favoritos, It’s Kind of a Funny Story de Ned Vizzini. Además de hablar de ese sentimiento de los párrafos anteriores, Craig el protagonista explica las voces militares, anclas y tentáculos:

Voces militares

Esta es la voz absurda que te grita, te recuerda que tienes que moverte, trabajar y esforzarte, lo quieras o no. Es una voz que no acepta una negativa como respuesta y la odias, la odias con todo tu ser pero no puedes ignorarla.

Ella es la que grita en esta cabeza

Anclas

Son esas cosas que te mantienen… ¿Anclado? ¿Ubicado? Atado a la realidad, dirían algunas personas. Pienso que todos tenemos anclas, consciente o inconscientemente, y la vida no sería lo mismo sin ellas.
Además de objetos físicos, las anclas también tienen vida. Esa persona que evita que tengas un colapso nervioso y sabe que te encantan las gomitas, o esa mascota peludita que, aunque no hace nada, te alegra.

Por ejemplo, Pato es el ancla de Mabel

Tentáculos

Ay, si el mundo no estuviera lleno de ellos todo sería más fácil. Los tentáculos son esas cosas que te arrastran y te llevan hasta el fondo, te cortan la respiración y no te dejan pensar. Son todas esas cosas grandes y pequeñas que no quieres ver jamás: Trabajos incompletos, discusiones innecesarias, expectativas difíciles de cumplir, influencias negativas…

A veces sientes que esta cosa te persigue por la vida

En resumen, sí. Tentáculos por todas partes.
Por eso en días o meses así, hay que encontrar todas las anclas necesarias.
Aunque esta es una historia terrible y escrita de forma confusa con propósitos 100% egoístas, espero que entiendas el mensaje final, humano en crisis:

Cuando estar estresado se convierte en algo diario, en una cosa de la que no te puedes safar o liberar, estás lleno de tentáculos. Y lo mejor que puedes hacer en estas situaciones, es buscar anclas, cosas que te regresen al puerto y eviten que vayas a esa espiral loca y descontrolada que tomó el control de tu cerebro.

Además de algunas personas especiales, mi ancla es escribir, y no solo de cosas buenas. Mi ancla es escribir de cosas malas, crudas, tristes y abrumadoras. Cuando encierro a los tentáculos en un párrafo son menos terribles, más entendibles y no tan amenazantes, y si crees que hay algo así para ti, no lo dejes ir.
Esta historia horrible es mi ancla. Es esa cosa que escribo para mí que se deshace de algunos problemas adelante.
Haters gonna hate.


A modo de disculpa por hacer que leyeras eso, aquí está una de mis canciones favoritas: Otra de mis anclas (la voz de Florence Welch).

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