La cara oscura de la diversión: Edición Coachella

 O el festival aprobado por el presupuesto: Es más importante que las uñas cambiantes de Beyoncé

¡Tengo poderes de nuevo! Bienvenidos a la primera historia decente producida en abril.

(13/52)

Un gran número de personas con contacto reciente con alguna red social, ha escuchado sobre Coachella.

El Coachella Valley Music and Arts Festival es uno de los eventos musicales más grandes del mundo que se realiza cada año durante dos fines de semana, y además de tener un cartel increíble, casi tanto como para competir con el legendario Glastonbury Festival, se convierte también en el núcleo creador de un movimiento de estilo ridículo.

Hay noticias divertidas

Las estrellas y socialités más conocidos del mundo occidental (hola, Kardashian-Jenners y ángeles de Victoria’s Secret) inventan (la verdad no) cada año alguna nueva tendencia con la que deslumbrar a los asistentes de festivales de menor escala. Aunque según Wikipedia el foco en cuanto a moda es la estética hippie de los años 70, se ha visto de todo: Escarcha por todas partes, space buns, sportswear con pequeños upgrades y las polémicas tendencias relacionadas con culturas existentes (tocados de plumas, bindis, trenzas de inspiración africana… Es una discusión para una historia del futuro).
Comentario de Cam: En el Festival Estéreo Picnic en Bogotá algunas personas, afortunadamente cada vez menos, imitan microtendencias de Coachella y aunque podrían verse bien en otro contexto, en los pantanos y charcos lluviosos que hay a finales de marzo gracias a la temporada invernal, se ven ridículos.
Comentario molesto de Cam: Quiero recordarles que las coronas de flores no se usan desde… No sé, 2015. Ya no más, amigos.

También hay noticias sobre la calidad de las interpretaciones musicales, fotografías increíbles tanto de outfits como de comida…

Y hay algunas noticias no tan divertidas

Hace algunas horas encontré este artículo en TeenVogue y me sentí bastante asqueada por dentro, aunque también suertuda (algo que no me gusta para nada) por no haber sido testigo de algo así en el tiempo que llevo asistiendo a eventos musicales de gran tamaño.
Para los que no quieran leer (está en inglés, es educativo, ¡lean!) habla sobre el abuso y acoso sexual vivido por algunas asistentes a este festival y menciona una cifra absurda: 90% de las mujeres asistentes fueron acosadas/abusadas en algún momento de su vida festivalera.
https://www.teenvogue.com/story/sexual-harassment-was-rampant-at-coachella-2018
También hay noticias sobre apropiación cultural, cómo es asistir a un festival de esta magnitud para personas de color, abuso de sustancias… Pero hasta ahora, nunca he leído un artículo mencionando el desastre ambiental después de un evento así.
Comentario de Cam: Sí hay algunos y también fotos que demuestran que sí, es un desastre al final, pero tuve que buscarlos en Google. No es el tipo de contenido que aparece fácilmente en las redes. Aparentemente es más importante saber por qué las uñas de Beyoncé cambian de color.

Aunque nada remplaza la experiencia en términos musicales (a veces grastronómicos) no es justo que para tener tres días de diversión un espacio abierto pase de estar cubierto de pasto y árboles a tener montañitas de basura aleatoriamente distribuidas que después serán recogidas por alguna de las partes logísticas del evento.
Localmente (Bogotá, Colombia) las noticias sobre agresión sexual no son tantas, pero estas son remplazadas por las de robos (como la de la mujer atrapada este año con 20 smartphones) y desastres en movilidad.
¿Por qué no podemos ser menos… terribles humanos? ¿Por qué la diversión tiene que ser a costa de personas y lugares?

Y sí, digo podemos porque también he sido parte de los culpables. Aunque soy lo más decente que puedo, siempre hay una botella vacía que se pierde o una pila de servilletas de emergencia que permanecen al fondo de la maleta.
Y no soy ninguna… ambientalista obsesionada, ¡es algo fácil de ver! El día número tres del evento es difícil buscar un espacio cerca al escenario que no tenga una fina capa de latas aplastadas enterradas en el barro y conozco de cerca (hola, Cat) historias de qué tan pesado es trabajar en un evento así.

Los organizadores lo intentan (tú no, Jah Rule): Puntos de recolección, incentivos por recolección de desechos, invitaciones a colectivos que pueden meter algo de culpabilidad a los cerebros asistentes…
Aún no es suficiente, pero es algo.

¿Qué propones, Cam?

No he estado en todos los festivales de música del mundo y no sé si algún día lo haré (es un deseo para el futuro), pero sería lindo que en unos años la torpeza humana quedara atrás y cada lugar fuera tan mágico el día #3 como el día #1.

No más espacios destruidos después de la diversión, chicas asustadas en la noche o culturas ofendidas, y sí muchas historias de experiencias y fotos de celebridades con wardrobe malfunctions e historias de Instagram de comida deliciosa.
Para merecer una entrada a las mejores experiencias, deberíamos ser los mejores asistentes, ¿verdad?


PD. Antes de terminar quiero recordarles que la reina de Coachella siempre va a ser Vanessa Hudgens, no me interesan las uñas u outfits Balmain de Beyoncé.

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