Cómo ser apolíticamente correcto

Gracias por dañarme, personeros que prometieron piscinas. Gracias por hacerme apolíticamente correcta.

Esta historia es patrocinada (o provocada, causada…) por las futuras elecciones en Colombia (10/52).

Nunca me ha interesado la política, para nada.

Y es algo por lo que sé que el 85%, si no son más, de las personas que conozco llegarían a enojarse conmigo: Con actitud indignada, me dirán que soy una terrible ciudadana, la razón por la que las cosas están como están, ignorante… O cualquier otra palabra en la que estén pensando en este momento, amigos políticamente informados.

A veces sí, quiero esconderme en una caja

Una de las razones podrían ser mis primeros recuerdos políticos, que son un poco… bobos.
Como en muchos colegios colombianos (no sabría decir si en todos o en qué otros países es algo relevante) existían las figuras de representante de los estudiantes y personero, que cumplían con representar los deseos de los estudiantes en las decisiones importantes que nos afectaran, pero no tan importantes como para ser consideradas de adultos.
Cada combinación de representante y personero venía con su partido político representativo, que cada año era algo más elaborado, dependiendo de la creatividad de quienes los apoyaran. Con la elección de colores y slogans representativos, las cosas se salían de control un poco: Stickers promocionales, comida gratis, juegos para los niños más pequeños, microeventos relacionados con música y en general cosas que podrían llamarse merchandising inundaban el colegio por algunos días.

TANTOS DULCES Y REGALOS

Recuerdo de Cam #1: Cuando estaba en cuarto o quinto llegaba tarde a todas las clases para poder armar mi imponente colección de stickers. Los pegaba en cada espacio libre del uniforme, pero escondidos por el saco para que nadie me dijera nada. Eran mi super botín de cacería.
Y bueno, además del desastre publicitario, estaban las propuestas: No estudiaste en un colegio en Colombia si no tuviste un representante que prometiera construir una piscina en algún lugar. En mi caso las propuestas también incluían poner nuevos semáforos en la salida peatonal del lugar, grupos de tutoría, actividades culturales y estoy segura de que algo involucrando comida.

Nunca hicieron una piscina y perdí mi fe en las cosas.

¿Para qué informarse, votar y elegir a un representante si sus tareas de representación no están a la altura de lo prometido? Entiendo por qué los colegios hacen lo que hacen, pero mientras para unos es un espacio en el que pueden sentir que tienen el poder para elegir y cambiar las cosas, para mí fue un espacio para la decepción.
Comentario de Cam: Esto no es en contra de ningún representante específico en mi colegio, por si algo. La verdad es que no recuerdo a ninguno (solo la falta de piscina).

Sad baby Cam

Estas primeras experiencias políticas influyeron mucho en la forma en la que vi la política del mundo real (la de los adultos), terminando en un desinterés total. Veía los partidos políticos del exterior del colegio de la misma forma que los del interior: Oportunidades de merchandising y grupos de personas confusas.
Además de este fastidio por cualquier cosa relacionada con elegir personas las propuestas reales nunca fueron algo claro para mí. Nunca fui buena en historia, ciencias sociales ni educación cívica; las palabras en las que se hablaban las cosas me parecían demasiado elaboradas (como “referendo” o “reforma”), entonces no me esforcé en entenderlas.
Seis años después sigo sin entenderlas.

apolítico, ca

1. adj. Ajeno a la política o que se desentiende de ella.

— Real Academia Española

Conocí esta palabra accidentalmente (no estoy segura de dónde) este año y la entendí (¡AL FIN ENTENDÍ ALGO DE POLÍTICA!).
Aunque es una posición válida (porque es un mundo libre, LIBRE) las personas con las que me rodeo me hacen ver que no es la mejor de todas. La comprensión del mundo político da el poder, por pequeño que sea, de cambiar cosas. O al menos de entender por qué no cambian y que el cambio es necesario, algo que no se puede hacer desde afuera. Tomando la historia del colegio y todas esas piscinas prometidas, es como… ¿Nunca enterarse de la posibilidad de existencia una piscina? ¿Querer una piscina pero no saber por qué no era posible?

No sé si es una analogía pero es la analogía que tenemos

Fun fact: Las piscinas necesitan dinero para ser construidas y los recursos de un colegio no van a ser desviados a una porque un adolescente de 16 lo diga.
El punto es que aunque no estoy interesada en discutir políticamente con mis amigos (estoy como a años luz de eso), quiero entender qué es lo que dicen, por qué se indignan y por qué están tan enojados.
El enojo es una de las cosas que hacen de la política algo todavía menos atractivo para mí. Desde mi zona felizmente apolítica, conocer más y entender más significa también estar más decepcionado, más molesto y lo entiendo, pero no es algo lindo para las personas como yo, que hasta ahora están poniendo algo de atención a la discusión.
Pregunté a alguien la semana pasada por qué las personas se enojan tanto hablando de política y también por qué son tan agresivas: Me explicó que se puede hablar de ideas y propuestas de forma tranquila hasta un punto, pero al subir más y más en los temas, llega un punto en el que todo enoja porque la verdad es que el mundo no funciona bien y las personas que piensan representarnos no son una selección de humanos ideales, por lo que la única salida es escoger lo “menos peor”, y eso enoja.

De todas formas así me veo enojada, entonces… No, no hay credibilidad

Como entiendo esta posición, podrían entender esta: Para alguien que se aleja de los conflictos y cualquier cosa hostil, entrar en una discusión tan agresiva, triste e indignante como la política no es lo más atractivo del mundo.
Si el cambio es tan difícil y las cosas empeoran antes de mejorar, ¿es realmente deseable entender por qué? Hasta un punto entiendo que es necesario (ahora lo hago), pero no es nada tentador.
Es un poco desesperanzador…
Sin embargo, si quiero aportar un poquito al cambio (que si quiero) y al menos hacer que ir a votar valga la pena, no puedo estar tan a ciegas en todo. Mi estrategia de votar por la persona que tenga la cara menos aterradora no es una estrategia muy inteligente, después de todo.
Comentario de Cam: La estrategia de las caras funciona un poco, ¿saben? Nunca confié en la cara de Samuel Moreno y bueno, todos saben qué pasó con él.

Han desconfiado de una cara, ¿no?

Por eso el plan ahora es ser algo que llamo apolíticamente correcta, que es más o menos estar lo suficientemente enterada para saber por qué clase de promesa rara estoy votando. Es como tener idea suficiente para apoyar (pero con no tanta energía) a alguien que prometa jornadas culturales y no una piscina, tomando el pasado como escala.

Conclusión final final

Amigos políticamente muy muy absurdamente muy informados

No se enojen o indignen porque no quiera saber tanto tanto (entiendan mis razones). Dejen que escuche de lejos sus conversaciones para entender un poquito más y si encuentran infografías de política para dummies o algo claro para personas como yo (un poco tarde para adelantarse en materia política), no duden en compartirlas.

Por ejemplo hagan cosas así pero de acá. Animadas, por favor.

Amigos apolíticos y personas que me acompañan en la confusión

Si sienten que leí sus mentes con todo lo de arriba, ¡genial! Lo quería decir desde hace mucho tiempo pero no sabía cómo. Si son como son por otras razones, me encantaría conocerlas.

HOLA AMIGOOOOOOOOS

Para alegrar un poquito todo, ¿ya vieron Dark en Netflix? Así conocí esta super canción.

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